viernes, 18 de diciembre de 2015

Juan Antonio de Madariaga, primer Marqués de Casa Alta

Muchas veces el destino nos depara sorpresas. Cádiz en el siglo XVIII era polo de atracción de diversas corrientes migratorias, tanto nacionales (vascos, navarros, ...) como extranjeros (genoveses, franceses, ...). 

Ese fue el destino de nuestra familia: un genovés que llegaba a primeros del siglo XVIII buscando mejor forma de vida, y un comerciante vasco que hacía lo propio. Quizás hasta coincidieron en algún punto de la ciudad. Lo que no pasaría por sus cabezas, sin duda, es que dos siglos después sus descendientes formarían con su unión, la familia Bocardo de Madariaga.

Grabado de Cádiz siglo XVIII

Según nos relata el estudio "Una comunidad de comerciantes: navarros y vascos en Cádiz. (Segunda mitad del siglo XVIII):

"En el último cuarto del siglo XVIII llegaron a Cádiz los Madariaga. En primer lugar, en 1777 emigraron Juan Antonio y José Antonio Madariaga procedentes de Vergara, Guipúzcoa. Cinco años más tarde, Juan Ignacio Madariaga acudió a la llamada de sus hermanos."

Efectivamente, nuestro antepasado Juan Antonio de Madariaga y Aróstegui (Primer Marqués de Casa Alta) era uno de los cinco hijos de Andrés de Madariaga Franklin (1684-1747) y  Ángela de Arostegui Urza (1682-1755), familia acomodada de la burguesía vasca. 

Los cinco hijos fueron, María Ignacia (1709-1751), Juan Ignacio (1717-1771), Juan Antonio (1720-1797), José Antonio y Ana María.

En 1777 llegan a Cádiz Juan Antonio y José Antonio, en 1783 llega Juan Ignacio (famoso capitán de navío).

Sobre Juan Antonio, el libro referenciado comenta "Afincado en Cádiz, ocupó plaza como oficial de la clase de segundos de la Contaduría principal de Marina. Un poco más tarde, se hizo cargo del manejo y la administración del Oficio de Correo y Postas de Cádiz. En 1758 tomó el hábito de la Orden Militar de los caballeros de Santiago. Desde entonces se hizo cargo del cuidado de los derechos y patrimonios de la Casa Ducal de Arcos, en sus dominios territoriales de la Isla de León. Alcanzó el puesto de procurador mayor del cabildo gaditano. Finalmente obtuvo el título de marqués de Casa Alta".

A lo largo de su trayectoria política en Cádiz ocupo diversos cargos municipales: en 1770 Procurador Mayor, en 1779 Diputado del Común, en 1789 Procurador síndico personero (procurador que se nombraba por elección en los pueblos, y principalmente en aquellos en que el oficio de procurador síndico general era perpetuo o vitalicio), en 1792 Regidor electivo.

Es de reseñar que un grupo de individuos acapararon estos nuevos puestos; incluso es frecuente encontrar en los mismos cargos a los hijos, a pesar de que se accedía a ellos por medio de elecciones. Respecto al origen socioeconómico de los nuevos integrantes del Ayuntamiento gaditano, aunque estas elecciones ofrecían la oportunidad de que el pueblo participara en su órgano directivo, la evolución del cargo de procurador síndico personero demuestra que un grupo muy selecto de personas ocupó este oficio, la mayoría de los cuales procedía del mundo de los negocios. Además, hay que precisar que se trataba de la élite de los hombres de comercio, ya que cualquier comerciante no tenía acceso al cargo. Dentro del grupo de personas que ocuparon este asiento, dos consiguieron títulos nobiliarios al final de sus carreras: Landaburu y Madariaga.

Juan Antonio Madariaga, además de comerciante, era el Administrador General de los Oficios de Correos y Postas. Tenía contratados seis criados, lo que demuestra su capacidad adquisitiva.

En otro estudio consultado se comenta lo siguiente: 

"El Administrador de Correos de Cádiz en 1764 era Juan Antonio de Madariaga Aróstegui. Nacido el 16 de Julio de 1721 en la ante iglesia de Axpe de Busturia, perteneciente al señorío de Vizcaya, había contraído matrimonio en La Graña el 13 de Noviembre de 1752, trasladándose a Cádiz el siguiente año, ostentando el cargo de Oficial de la Contaduría Principal de Marina. El 3 de Febrero de 1755 se le encomendaba el Oficio de Correos y Postas de la Ciudad de Cádiz, y a partir de 1764 se encargó, además, de los derechos y patrimonios de la Casa Ducal de Arcos en la Real Isla de León.

El primero de estos cargos tenía especial significado. Aparte del objetivo primordial del Estado de conseguir una eficaz transmisión de órdenes, el aporte de datos que recibía el hombre de negocios a través de su correspondencia resultaba vital para el ejercicio de la actividad mercantil, constituyendo el canal de mayor significación para el conocimiento de los hechos que posibilitaran la planificación de sus proyectos. Por tanto, en una plaza como la ciudad de Cádiz tendría ese puesto una singular relevancia.

Juan Antonio lo desarrolló hasta el año 1786, en que pasaba a ser ejercido por su hijo Juan Felipe de Madariaga Arzueta. Durante estos años consiguió ser distinguido con el hábito de Caballero de Santiago en 1758 y con el título de marqués de Casa Alta el 16 de Febrero de 1775. Concedido por el rey Carlos III.

Su sucesor, nacido en la Graña en el año 1753, contrajo matrimonio en 1771 con Petronila de Llano Fernández, hija de Francisco de Llano San Ginés, conde de Torre Alegre, llegando a ostentar los títulos de su padre y de su suegro, además de conseguir el reconocimiento del monarca con la concesión, en 1789, de la Cruz de Carlos III. Gestionó la Administración de Correos de Cádiz entre los años 1787 a 1798, en que pasa a figurar como titular Antonio Ruiz de Mendoza hasta el fin del período considerado."

En el estudio "Comercio con América y títulos de nobleza: Cádiz en el siglo XVIII", explican la obtención de títulos nobiliarios. Perfectamente podría estar aludiendo al caso de nuestro antepasado Juan Antonio.

"El camino hacia la nobleza.

El tráfico comercial con América proporcionó los méritos, y sobre todo, los capitales suficientes para que personas relacionadas con él pudiesen iniciar un proceso de ascensión social que, en muchos casos, culminaba en la obtención de un título de nobleza.

El éxito en los negocios solía marcar el inicio de este proceso, que pasaba por unas etapas. Paso previo imprescindible era el reconocimiento de hidalguía. En el caso de los vascos la totalidad prácticamente de la población era hidalga, sólo debían ser admitidos como tales en las poblaciones donde se instalaban."

Sin duda, la sólida posición económica de Juan Antonio de Madariaga como comerciante con América, fue su principal baza para obtener la concesión de título de Marqués de Casa Alta por el rey Carlos III.

Antes del título de marqués lo fue de Vizcondado previo de Solares (como vizcondado previo se conoce a cada uno de los títulos de vizconde otorgados por reyes españoles antes de conceder dignidades de conde o marqués a los agraciados, esto como mandato del rey Felipe IV de España. Estos vizcondados se suprimían al mismo tiempo en que un título de conde o marqués era entregado a la misma persona beneficiada. El origen del mandato de vizcondados previos se debería principalmente a una cuestión de índole económica, ya que los impuestos recaudados tras esta regla aumentarían.

El 15 de octubre de 1631 Felipe IV ordena que no se despache ningún título de conde o marqués sin antes haber pagado la suma de setecientos cincuenta ducados por un título previo de vizconde que automáticamente debería dejar de existir.

Estos títulos no están acompañados del disfrute de rentas con las que mantenerlos, de manera que llega un momento en que los descendientes no pueden seguir sosteniéndolos. Quizás este fuera el caso de los descendientes de Juan Antonio, de hecho, abandonan pronto uno de los títulos (el de Conde de Torre Alegre). 

Y quizás, el no poder hacer frente al sustento que había que pagar a la Real Hacienda por mantener el mismo, supuso que no siempre lo ostentara el legítimo heredero, sino él que tuviera los recursos económicos necesarios para ello.

Nobles en el siglo XVIII



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